lunes, 17 de enero de 2011

Y vi amanecer sentado

Encerrado en el arcón de las viejas pesadillas
busco algún dolor que lleve hoy a la brisa
a este loco corazón que envejece en agonía
en la tierra del dolor, en esta mañana fría.

Callejuelas de penumbra en ciudad de la cordura,
oigo al perro enrabiarse y perder la compostura
atrapado en su rencor y en su vieja amargura
encuentra hoy en tu voz un susurro a la hermosura.

Pellizcarme si estoy muerto, atar bien todos los cabos,
no me dejéis herido o seré el diablo más malo
que pisó nunca las huellas de los malditos bastardos
que hurgan en las heridas de las almas en letargo.

Y vi amanecer sentado en la roca de la vida
contemplando la belleza de lo que pudo ser aquel día,
y vi anochecer sentado en la roca del silencio
donde se apaga mi voz en el reino de los necios.

lunes, 3 de enero de 2011

Doble cero, doble adiós

Se marchó con la voz rota y cansada. Se fue sólo, como vino, nos dejo cosas buenas difíciles de superar. Esperemos que la nueva vaina, las dos torres caídas, no presagien lo que su fama le va precediendo.

Te despido con las lágrimas en los ojos con las que despido cada segundo de esta vida, y con los sueños atormentados con los que luego te añoraré.

Espero que en las páginas del libro vacío, en aquel que nunca se escribió ninguna palabra, quede registrado tu nombre, aunque sólo sea por el bien que me hiciste.

Asi 10er.