viernes, 4 de marzo de 2011

Carta a mi primo AL

¿Qué tal andas de lo tuyo?.

Debido a los últimos acontecimientos que me ha llevado a una oscura incursión en el maldito terreno que nunca quise pisar, ahora pongo a prueba en cada instante mi capacidad de mantener la calma. El resultado ha sido el esperado, no tengo ni un ápice de tranquilidad, ni una ínfima gota de paciencia.

Visto lo visto, la posibilidad de que nos podamos encontrar parece remota, por tanto, te invito a que nos reunamos en el futuro impredecible, en el cruce donde se cortan en dos la soledad y la aventura. Allí, en ese mismo punto, podremos retomar la historia que empezamos en lejanos sueños, aquellos números, aquellas letras.

Escuchando "Caballo prieto azabache" te escribo desde el infierno que tu bien supiste dejar.

Me despido deseándote lo mejor, sabiendo que la posibilidad de vernos es igual al doble de la mitad de ninguna, y que a ella me aferró con todas mis ganas.

Un saludo del viejo trovador de Amarga, el último ser que pisó la cordura un instante y jamás la volvió a ver pasar.

Nos vemos.

miércoles, 2 de marzo de 2011

El oscuro callejón

Muere la noche entre espesas nubes de color grafito. El frío arrecia en esta larga espera.

Poco a poco se irán rellenando los huecos y entonces el vacío me embargará por completo.

Eterna realidad inverosímil repleta de millones de intervalos de tiempo perdidos en la sala blanca de la tortura, en el sanatorio de las dudas, antesala de la alcoba del desprecio.

Qué me rondará la cabeza cuando no puedo soportar estar solo y sólo pensar que dejaré de estarlo en breve me ahoga en las aguas de la incoherencia.

Eterno divagar del esclavo del silencio, seguramente se puede penar más, pero no mejor.

Y allá, en el oscuro callejón de la incomprensión varado contra un viejo contenedor de cartones yace despierto el último profeta de la esclava libertad.

Una oración por su alma, una canción por cada uno de sus pecados y una palabra que le conceda la calma.

Welcome Home.