Pasaron XXV años y ni nos enteramos. Cientos de botijos rotos y chivatos verdes se quedaron en la curva de los sueños. Muchas historias vanas y pensamientos que explicaban el principio y final de la vida resuenan en mi cabeza a cada instante.
Hoy, un día cualquiera de un año cualquiera, nacen recuerdos perdidos bajo la sombra de mis montañas azules. Nos vimos, ya no nos vemos ni seguramente nos veremos, pero el eco de nuestras palabran retumbarán por siempre entre la nueva siembra y las antiguas encinas que nos arroparon cuando más los necesitabamos.
"Tanto tiempo es normal."
lunes, 20 de abril de 2015
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
