sábado, 25 de junio de 2016

Un doblón de oro

A veces, en el interior de una lágrima, se esconden los lejanos sueños que habitaron nuestra infancia y que naufragaron al chocar de frente con la suerte que nos tenían preparada.

Nunca es tarde y siempre lo fue. Aún así, debemos intentar lo imposible porque lo posible ya lo probamos y no nos fue tan bien como imaginábamos.

No seré yo el que recorte la punta de las alas al ave del paraíso.

Si por cada sueño perdido me dieran un doblón de oro hoy estaría con el Duende surcando los mares del Sur.

Sopla el viento de Levante quizás hoy pueda ver la luz ....