miércoles, 25 de enero de 2017

4XI

Abatido, como siempre. Sin haber conseguido casi nada y con miles de sueños por cumplir.

Nadie parece escucharme para lo poco que tengo que decir.

Padezco de flaqueza infinita pero jamás me rendiré, eso lo tengo claro.

Hoy, un día cualquiera pero especial

En el puente sombrío
oculto mis penas.
En la piel de la duda
protejo mis venas
de la sana locura.

Atravieso este fango
y me arrodillo en la arena.
Suspiro por tus caricias,
por la sal de tus mejillas,
por el sabor de la mirada
que enciende en la madrugada
al juglar de las palabras
para que pueda narrar
que el Sol hoy nace bonito
y que la Luna vuelve a su hogar.

2.22