Hoy me embarga la tristeza al recordar los días que nacieron sin ganas de terminar.
Hoy, borracho de nostalgia y repleto de imperfecciones, soy incapaz de controlar nada de lo que me rodea.
Hoy con la toalla en la mano y con ganas de arrojarla sobre mis enemigos mantengo la mirada perdida para poder seguir sufriendo.
Es mi sino, nacido para albergar miles de dudas y andar siempre dando tumbos borracho de sueños incumplidos.
Pero a que nadie le tiemble la voz pensando que podrá doblegar este alma ya rota, porque la capacidad de penar es tan grande, y las heridas tan profundas, que hacen de mi el ser más peligroso que intenta mantener el equilibrio sobre las llanuras de barro de esta vida.
NpS.
domingo, 27 de agosto de 2017
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