viernes, 30 de septiembre de 2011

A la vera te espero

A veces, como en un guiño a la ausencia de esperanza, lees un pequeño refrán que te arranca una sonrisa nacida desde el mismo centro de la entrañas.

En ocasiones, como en un súbito despertar de la eterna agonía somnolienta en la que vivo sumergido, mis ojos ven un pequeño futuro rayo de luz propiciado por la inquietud perenne del licenciado.

Te espero a orillas del único río sin rió, en Amarga, como siempre, te espero maestro, no me falles, nos vemos.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Penumbra entre las sombras

No te reconozco, a veces te miro y veo que cada vez es más frecuente que te conformes sólo con respirar.


Sin lugar a dudas cada día es cada día y cada uno es cada uno, traduciendo al castellano la entrecortada voz del poeta, pero desde luego lo que hemos sido y en lo que hemos quedado.


En su infinita tristeza muere el hombre ahogado entre palabras de pena y sombrías luces de penumbra.


¡Dios! Otra vez el cordón desabrochado, quizás vuelva a caer sobre el mismo barro manchado del sueño de tu querer.


¡Qué me busquen en un palmo de tierra!, allí siempre os esperaré.