lunes, 5 de marzo de 2012

Reflejos de una ilusión

Con el tiempo que ha pasado ahora veo más lejos, veo mejor. Todo esto no quita para que siga siendo aquel juglar que descubrió en una gota de rocío que se deslizaba lentamente por la hoja de un nogal el sentido de la vida.

Siempre me buscaré sentado en la madrugada, en el lugar de costumbre, burlando a la soledad, rodeado por todos vosotros. Con mi bandeja azul de treinta esencias de elixir extraídos del maullido de un viejo gato, ahí me podréis encontrar. Espero que me veáis abrazado a mi compañera, eso siempre será buena señal.

Pongo fecha y hora al reencuentro, en la quinta luna nueva tras el último día del mes de las desdichas, a la hora exacta en que las campanadas anuncien el día.