A veces vuelves a escuchar de otras voces la verdad y regresas a observar con otros ojos lo que siempre supiste.
Todo puede cambiar y a la vez todo sigue igual si uno no participa en ello.
Precaria, un lugar donde morir. Amarga, un lugar donde vivir.
La malas palabras que resuenan cada día sólo me llevan a intentar recordar lo imposible. Conciencia borracha de culpa y ahogada en tinieblas de sueños perdidos.
Hoy más que nunca, y que no sirva de precedente, vuelco mi realidad hacia el optimismo y abogo por los imprescindibles, que nunca falten por nuestro mal menor.
Hacer realidad una idea deber ser lo más parecido a la felicidad.
Una vez quise soñar que yo algún día sería uno de ellos ...
miércoles, 4 de diciembre de 2013
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