jueves, 22 de octubre de 2009

Fácil predicar

Mucha gente ha escrito
sobre el no mirar atrás,
vivir cada día único
por si falta el despertar.

Que fácil es escupir
sin nada tener que decir,
y como ese es mi camino,
hoy me dirijo hacia ti
que me jodiste, destino,
antes de verla partir.

Y va la bruma y le escucha decir al Sol:

Carpe diem dicen los vivos
pero si yo ya ando muerto,
que cojones puedo hacer
para vivir el momento.

Que fácil es predicar
sin tener que dar ejemplo,
que difícil ser sincero
y no herir en el intento.

En la cantina del pueblo
hay un viejo cuenta cuentos
que va diciendo de mi
que soy el ladrón de sueños.

Lo que el trovador no sabe
es que hace ya varios inviernos
que robaron en mi cara
a la voz de mis silencios.

Eterno divagar
por efímeros momentos
que en cada madrugada
calman algo el desconcierto,
de tener que emborrachar
y perder conocimiento
para poder aguantar
enterrado entre los cuerdos.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Habla de un hombre

Tengo una carta escrita
colgada de un cuadro
que habla de un hombre
vestido de barro,
que nada en memorias
de tiempos pasados.

Voy a cantar una nana
aprendida entre rejas
que habla de un hombre
que nunca se queja,
que sueña con sueños
que huelen a tierra.

Quiero contar una historia
tallada en las piedras
que habla de un hombre
que vive de prenda
perdido en el fango
de envidias y ofensas.

Se que en la antigua posada,
marcadas en suelo,
están las pisadas
del viejo vaquero
que puso sus balas
en los agujeros.

Oigo narrar a los cuerdos
marchitas leyendas
que hablan de un hombre
que vive en la senda
de los corazones
perdidos en nieblas.

Y con aguja de sal
clavo en su mirada
todo lo que hizo mal
y canto a las hadas
del paso otoñal
que las hojas secas
vienen y se van.

Paseos vacíos,
palabras malditas,
pechos malheridos,
jinetes y guías,
reclamo la tierra
para por fin descansar.

Me pico en la vena,
me muerdo la lengua,
tropiezo en la arena,
me hundo en la mar,
os dejo tranquilos,
que os vaya bonito,
por vellos destinos
en verso soñados.

Solo recordaros
que haya donde andéis
detrás de vosotros
siempre yo estaré,
guardaros del miedo
eso es cosa mía,
robarle a la vida
mis sueños también.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Infinita soledad

Siempre la misma traición.


Y se pensaba el ausente
que el ahora escribiente,
por tonto que pareciera,
no podría descubrir
entre las letras malditas
la verdad que hay escondida
en los silencios buscados
por los eternos villanos.
En las eternas sonrisas
afiladas y postizas.
El parecer escuchar
si sólo se quiere hablar.

Centro del universo
queja y pena, más miedo.
Eterno Sol de la Pampa,
asco me da el pensar
por mi qué no hará Satán,
si el morador del cielo
me trata así del mal.

Y yo aquí sentando, esperando,
a que venga la vil agonía
a reírse en mis narices
y a contar historias mías,
cuando narradas están
las mil y una heridas
que lograron alcanzar
a mi corazón inerte
en el valle de los sueños,
allá donde las ilusiones
se hacen eco de las pasiones
que envuelve hoy la soledad
del viejo desván de emociones
y que llenan mi despertar
de rocío rojo sangre,
de dolor y de amargura,
me escuecen las herraduras
de volver a tropezar
con la misma puta piedra
que alguien puso en mi mesa
una mañana secreta
del año del fin del mundo
cuando firmé mi destino
y empecé a morir de frío
en la jaula de los lobos
donde yacen los escombros,
donde me ahogo en el lodo
lúgubre y desalmado,
infierno quizás mal llamado,
pero sin dudar jamás
que en estás viejas hogueras
se apago mi despertar.

Nunca tan larga espera
llevó a morir de desidia.
Nunca tan larga espera
llevó a penar en silencio.
Nunca tan larga espera
dejó a sin pena ni gloria,
al juglar de la memoria,
jugar con palabras vacías
y rezar al amanecer
por ver llover en desierto.


Locura sin igual, osadía,
eterno baile de necios
infinito vals de mentiras
que me esperas en silencio
a que clave la rodilla
a orilla del mar Muerto.
Espera de pie, te digo,
pues podré morir de viejo
pero no venderé mi pellejo
a la hipocrita cobardía
que me ofreces en silencio.

Elijo cara, lo siento..

martes, 6 de octubre de 2009

En el hogar de los tuertos

Cuando aún los párpados de los mentirosos yacen cerrados, el viejo aventurero clava sus manos en la mesa del sufrimiento y comienza a relatar viejas leyendas perdidas ya en el olvido de tiempos hoy tan lejanos.

Oigo alzarse la luz y veo como el ruido se apodera de Amarga. Rutina, espiral de la locura que envuelve cada amanecer en la butaca olvidada del viejo teatro, vacío, donde represento cada mañana mis peores pesadillas.

Tengo morando en mi pecho el dolor del desprecio y el absurdo. Tengo anclada en mi vientre la daga de los siete hijos de la luz, que tras su última batalla, y una vez derrotado el maligno, la cubrieron de sal y la enterraron en el pozo del olvido.

Hoy, sin ir más lejos, hoy, porque no hay día más cerca, hoy me quemaré los ojos con las sucias necedades y llenaré de barro mis oídos con el eterno rumor de la corte de bufones.

Huele a mojado el silencio,

amargos saben tus labios,

rozo el suelo con los dedos,

pues el cielo está tan lejano

que en el hogar de los tuertos

el ciego siempre será el amo.

viernes, 2 de octubre de 2009

Pecados

Y los sueños se perdieron arrojados en la papelera. Cómo podía yo imaginar que mi acción iba a tener tal repercusión.

A veces, en las noches de Luna llena, cuando miro al cielo y no puedo ver a Dios, me acuerdo de la curva del olvido, me acuerdo de valle del destino, recuerdo aquellas mañanas al Sol.

Y a veces, cuando la fatiga me vence, me viene a la memoria una pastilla roja, una cuesta sin luces, un chivato de maría, y el dolor me destruye por dentro.

Y muchas veces, en el circo de inhumanos, el tiempo se me hace infinito y los grillos enloquecen la ausencia de cordura que perdí en un reguero, una noche de verano, con un botella de Martini en una mano y con el cielo estrellado por sombrero.

La nostalgia no me llega para reflejar todo lo que siento.

Mis siete pecados capitales, mis siete puñales anclados en el pecho:


Agonía
Angustia
Ansia
Cobardía
Desidia
Hipocresía
Penuria

Le envidia del pasado me emborracha de locura, pero mejor borracho que cuerdo pues este matojo de necios donde clavo mi mirada cada día al despertar sólo me lleva a matar, y eso no parece bueno.

Mejor loco que sereno.