jueves, 20 de septiembre de 2007

Nómada de la incertidumbre

Hay algo que me persigue desde tiempos inmemoriales y hay momentos en los que se presenta con mayor relevancia: la sensación de no haber pertenecido nunca a este tiempo y la creencia de no poder pertenecer jamás.

Siempre vagando por lugares en los que nunca debí parar. Conviviendo con personas con las que nada tengo en común. Indiferente a las horas que me tocaron llenar.

Incompredido e incompresible.
Solo entre la multitud.
Amigo de la razón y adorador de la imaginación.
Libre en el corazón y esclavo en los sentimientos.

Si el año en el que nací hubiera mirado al cielo, quiero pensar que todo me hubiese ido mejor.

Aventurero solitario cabalgando en mi sillón por los confines de la vida, del silencio, del dolor, de las noches con estrella, de los días sin ardor.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Y nos dieron los diez ...

Y ayer pasaron diez años. Y por muchos más que pasen, todo estará por siempre enjaulado en un instante.

En los pétalos de una rosa quedaron guardados los versos, allá en los albores del tiempo.

Una llave y una parada a tiempo puedieron ser motivos suficentes para que todo sucediese como en el mejor de los cuentos.

Días de valentía que no volverán a pasar hasta que nazcan en mí las iras de libertad que me persiguen sin fin.

Gracias por tantos días.

martes, 4 de septiembre de 2007

El silencio de una estrella

Qué ser humano, por atroz y malvado que sea, puede reprimir que las gotas saladas se derramen sobre el camino cuando uno escucha algo similar a esto:

- De una madre a su hija pequeña: "Tu padre ya no está aquí porque se ha convertido en una estrella y ahora nos mira desde el cielo"

- De una hija pequeña muy triste a su madre:"Hoy esta nublado, no puedo ver a papa, ¿dónde está papa?"

Si la naturaleza es sabia, que lo sea. Si los hombre quieren ser sabios, pues que lo sean. Pero ruego a las energías varadas en los confines del Universo que esto no vuelva a repetirse, por favor.

Por raro que parezca, y haciendo eco de los pasos andandos, vuelvo a condenar a muerte a la más fatal de las suertes.

¿Qué ganas con tanto dolor? Dímelo e intentaré entenderte, porque no creo que pueda comprederlo.