Lo que antes se manifestaba como unas pequeñas molestias hoy se ha convertido en ardores eternos.
No se que me deparará hoy la buena suerte que nunca tuve, seguro que alguna ingrata sorpresa.
Yo que un día rocé el alba y respiré vida ...
Ayer volví a hacer equilibrios en el alambre de la incertidumbre y lo recorrí hasta el final. Resulta que vuelvo a estar en el mismo lugar de donde partí.
¡Qué agonía más larga!
Esperemos que en Noviembre el mundo, por fin, me regale lo que le di.
Ividan.
martes, 11 de julio de 2006
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