Brisa, siento la brisa rozar mis pupilas mientras la sal reposa en mis mejillas.
A veces a lo lejos llego a avistar la tierra de nuestros antepasados, estoy tranquilo, creo que estoy cerca de lo que nunca encuentro.
Me abrazo a la tenue luz de alba, con su frescor, con sus bellas caricias, y giro la mirada hacia el Este, esperado sentir el viento sobre mi espalda.
Sueño, creo que estoy despierto pero en verdad sueño.
Retorno a mis huellas de sur, aquellas que seguramente no me hicieron más feliz, pero que tampoco me volvieron más gris.
Y veré brillar dos estrellas junto a la Luna, y ese ha de ser mi camino.
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