miércoles, 10 de octubre de 2012

Doble cero

Un mes de recuerdos y el siguiente será de silencios.

Otra vez la palabra maldita vuelve a tocar al maestro del que casi todo aprendí, deseo que la verdad contada sea la verdad verdadera.

Rescostado sobre la soledad que me ofrece el silencio del hogar puedo permitirme el lujo de simplemente respirar.

Esta año no hubo lizaños y eso por siempre inundará de lágrimas la huellas que he de dejar.

Vago hoy sin razón, apenas con el sentido de los ecos del dolor, apenas con las caricias lejanas de aquella voz, apenas con la mirada de una marchita flor y rozando con angustia el abismo de mi voz.

Me empiezo a conformar con que salga de nuevo el cero y conservar la mitad.

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