viernes, 11 de enero de 2013

Lástima

Como se recogió en las últimas reuniones del consejo de sabios de las ilusiones perdidas: "lo que hemos sido y en lo que hemos quedado".

Sólo una palabra me inunda la memoria y emerge de mi garganta: lástima.

Lástima por ser el último árbol herido de muerte que se marchita entre quejidos y lágrimas.

Lástima por ser el útlimo golpe de mar que se precipita contra las rocas del acantilado de la soledad.

Lástima por ser el último rayo de Sol que inundó una vez los valles de la vida y cuyo reflejo hoy ni siquiera da para calentarse las manos.

Lástima por ser la última gota de lluvia que rozó alguna vez la piel de la verdad.

Queda el consuelo de que más allá de la lástima siempre podré encontrar, entre los surcos de los campos heridos en mil y una batallas, los escombros de la libertad.

Hoy condeno a muerte, sin temor a la represalias, a las víboras de sonrisa fácil y aguijón afilado.

Cómo echo de menos mis lejanos viajes por los mares del Sur ...

PD: Duende, ¿dónde andas?

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