miércoles, 7 de agosto de 2019

Convento de clausura

Nunca lo hubiese imaginado, recluido en un convento de clausura, a mi edad.

Oigo los latidos de mi corazón y la respiración de los insectos en el inmenso silencio que me embarga.

Mis eternas compañeras no dejan de acosarme a cada instante, ni lo muebles tienen tan poca humanidad.

No creo cumplir los requisitos para permanecer aquí mucho tiempo, quizás puede que pase aquí toda la vida.

Si la penuria tuviese un nombre, si la desidia un apellido, si mis pasos tuvieran alguna determinación .....

Segundos que se hacen horas, no tengo que decir más.

Con la licencia de mi compañero: "hogar del fin nº 3". Siempre al final a la derecha, siempre.

Voy a seguir con mis plegarias ....

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