viernes, 3 de octubre de 2008

Retorno al olvido

Escuché cerrarse de nuevo la puerta antes de cruzar el umbral. Este sueño cíclico repleto de incertidumbres y agonías me va cansando bastante.

Es tan duro estar siempre rozando lo imposible y que ese "imposible" sea la más pequeña de las ilusiones que alberga mi razón, ya que mis sentimientos no quieren ni siquera oir hablar de él.

Harto de escuchar mentiras gratuitas. Empachado de hipocresía, borracho de indiferencias, agotado por el eterno ardor perpetuo que provocáis sólo con vuestra presencia.

He vuelto a meter lo imprescindible en un mochila y me preparo para regresar al olvido, lugar que no debí abandonar por las esquirlas de ambición que me llevaron a pensar que podía, al menos, ver pasear a la felicidad a pocos metros de mi.

¡Os ruego por lo más sagrado que no me robéis el olvido! Albergue de sinrazones, de mil y un cuento perdidos, de cientos de sensanciones, de ver en árbol caído el nido de las ilusiones que aún me mantienen vivo.

Vuelvo a lo no vivido.

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