martes, 9 de agosto de 2011

Por primera vez

La vida intenta a veces compensar las penas que nos hace pasar y la mayoría de las veces no lo consigue.

Todo había ido mejor de lo esperado. Tragos frente a la puesta de Sol de cara al continente olvidado, el sabor de la mañana a la sombra del cañizo, los castillos de arena que se derrumban antes de construirse, y sobre todo vuestra compañía.

El largo regreso nos despertó con nuevos dolores de cabeza, nuevas derrotas en la sala blanca.

Cicatriz es y cicatriz será, nada nuevo esperéis encontrar en mi vida, en mi sangre.

Yo se, igual que sabe el Sol, que ante las guerras perdidas siempre me quedarán las batallas ganadas, aquellas que nadie me podrá arrebatar jamás, y de eso el campeón de campeones sabe más que nadie en este mundo.



No hay comentarios: