viernes, 30 de septiembre de 2011

A la vera te espero

A veces, como en un guiño a la ausencia de esperanza, lees un pequeño refrán que te arranca una sonrisa nacida desde el mismo centro de la entrañas.

En ocasiones, como en un súbito despertar de la eterna agonía somnolienta en la que vivo sumergido, mis ojos ven un pequeño futuro rayo de luz propiciado por la inquietud perenne del licenciado.

Te espero a orillas del único río sin rió, en Amarga, como siempre, te espero maestro, no me falles, nos vemos.

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