martes, 13 de diciembre de 2011

Licentinas

En el lecho del despecho,
en vasija de tristeza,
inundo hoy de pereza
esta eterna soledad
que me abraza bien fuerte
cuando pienso en la suerte
que ahoga mi despertar.

Si hemos de ser iguales
mejor hoy que en el hoyo
pues es consuelo de tontos
esperar siempre el final
sentado entre la maleza
que llena hoy de asperezas
esta mente loca de atar.

Al final ni me va ni me viene,
ni siquiera me hace llorar
la terrible oscuridad
que atraganta mi torpeza
al hilvanar las mentiras
que escribo sin escribir
en la cueva de la vida.

Cosas del camino,
recordar lo no vivido
para no disfrutar de lo dado,
y desear con fuerza lo ajeno,
cuando en el viejo tintero
tengo más encerrado
que lágrimas tiene el mar
y gotas de sal mis labios.

No hay comentarios: