martes, 8 de mayo de 2007

Carpe Diem

Llegó el momento de contar lo evidente, de soñar bien despierto, de narrar el deseo y cumplirlo. Llegó el momento de vivir.

Se acabó el llorar por el mañana que aún no ha llegado, por el pasado que ya se fué y por el presente que pasará.

El instante, esa unidad de tiempo irrepetible, única, que debe ser vivida con intensidad, sin escuchar voces ajenas, y a veces se debe enfrentar sin la razón como escudo, sólo con la libertad como destino.

Los tiempos futuros que están por venir, o que quizás nunca llegarán, no deben poner freno a la vida.

Que la muerte no se lleve ni uno solo de nuestros sueños.

No tener la necesidad de mirar hacia atrás y de añorar lo pasado, eso es la verdadera felicidad.

Palabras que volarán,
sentimientos enfrentados,
que la aurora boreal
nos haga sentir la mar
y que vivamos sin más
cada segundo pasado
pues nunca más volverá

No hay comentarios: