Como si empezase por el final, veo que la vida no me dejará ni un instante respirar.
Lo que yo vi venir desde hace ya muchos años se va acercando sin piedad, ni siquiera con disimulo.
Visionario de los pasajes amargos, los que nadie quiere recordar ni saber como son. Oyente de mil relatos de terror. Orador de los silencios incomprensibles.
No me dejan aportar ni mi torpeza, que no es poco.
Que el tiempo ponga a cada uno en su sitio que yo ni me he movido del mio.
lunes, 9 de julio de 2007
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