jueves, 6 de marzo de 2008

El Duende

Hoy presento en sociedad al Duende. Su verdadero nombre (o eso dice él) es Francisco Drago de la Serna. Será el nuevo miembro de esta familia inexistente. Hijo pródigo que vuelve a casa después de varar en la mar durante más de una década.

Marinero sin escrúpulos. Truhán, bucanero, corsario y malhechor. Amigo de ningún mortal y persona non grata allá por donde pare. Tiene puesto alto precio a su cabeza en los rincones más lejanos del nuevo mundo, del viejo mundo mejor ni hablar, hace años que no pisa suelo europeo (exceptuando su pequeñas incursiones en Baelo).

Algunos dijeron de él que podría incluso ser el Conde de St. Germain, pues fué visto a la vez en un velero bordeando Avarua y sentando en un café enfrente del Malecón, en la Habana.

Es díficil dar una descripción fiable de su persona, ya que sólo le he visto una vez, y de esto hace ya mucho tiempo, saltando la valla de la venganza y la osadía, en el antiguo pueblo fundado por los cobardes carpetanos. Fuentes fiables me han confensado que ha cambiado mucho desde nuestro encuentro. La vida nunca le mostró gratitud y él desde luego jamás se ha arrodillado frente a nada ni nadie.

Personaje entre los personajes, quizás algún día le de por escribir la memoria de sus viajes allá por donde se juntan los océanos, donde las tierras tocan el cielo, donde las selvas ocultan la vida.

Bienvenido al hogar de los silencios, salón de juntas del club del último amanecer.

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