lunes, 3 de marzo de 2008

Nuevo mundo

Inundo mis sueños de malas profecías escritas por la vida a cada inspiración que doy. Nada sobre la faz de la tierra recurre a mis palabras para hacer más llevadera esta eterna agonía: vivir.

Proclamo un nuevo mundo donde las flores nacerán hacia dentro de la tierra para que no puedan marchitarse por las pisadas salvajes de la avaricia.

Hoy más que nunca, pido al perigrino que regrese al hogar. Llamo a filas a los nómadas del desierto. Pido a trovadores y juglares que me acompañen para dar fé de las nuevas conquistas. El tiempo nunca será nuestro pero el momento debe arrodillarse a nuestros pies y suplicar por que perdure su memoria.

Desde las gotas de rocío que se posan como perlas de silencio sobre las hojas de ortiga, lleno el saco de lamentos.

Año cero. ¿Puede haber menos que nada?

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