martes, 9 de febrero de 2010

Ni te cuento

Simplemente veo sombras donde tú ves resplandor.

Veo ciénagas de incertidumbre en las dormidas aguas de mar de la tranquilidad.

Percibo extrema maldad en la bondad de los hombres.

Siento que me abrasa el ardor por tomar la razón como guía mientras tu ni siquiera te molestas en intentar farfullar.

Siempre nadando contracorriente, siempre caminando con el pie cambiado, siempre hablando y callando a destiempo.

Seguramente debo padecer ceguera imperceptible, además de una rara enfermedad que me produce pensamientos disueltos en agua de sal, estrangulación de la entrañas por excesos inconfesos, mal de altura cuando subo simplemente un escalón.

Realmente vivo en contradicción interna y externa, y esto parece que tiene difícil solución.

“Vivo sin vivir en mi” poca cosa, ni te cuento. Habla el ser que malvive en el sinvivir.

... no te preocupes que yo me acuerdo ...

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