jueves, 12 de agosto de 2010

Borracho de sal

Recito desde lejanas tierras rodeadas de mar. No tuve tiempo para ello, en los últimos meses estuve atrapado entre rejas por un pequeño delito que no cometí, pero bueno eso no es importante ahora.

Me preparo para mi próxima gran aventura. Voy a cruzar la puerta rumbo a la perdición, la decisión está ya tomada. No hay vuelta atrás.

Tantos viajes, tantas huidas, tantos personajes encontrados y tantos olvidados. Necesito tomar este nuevo rumbo.

Estoy sentado en la antigua taberna del Rolf, aún se pueden ver destellos de las últimas nieves caídas. Con mi botella de ron y mi vieja pipa de coronilla te invito a soñar sobre mi próxima parada. Bordeando el Rockall voy a tomar rumbo hacia el archipiélago de San Andrés, donde dentro de 5 meses tengo una cita con una bella mujer, su nombre es Tanisha Elven. Puede que esté llegando el fin de mis días de bucanero, jamás tuve más de un encuentro con una mujer y con Tanisha éste será el segundo.

La primera vez que la vi estaba sentada en una de esas hermosas butacas del café Tortoni tomando una Quilmes Imperial bien fría, esa visión hizo que un escalofrío cruzara mi cuerpo de la cabeza a los pies como si un rayo me hubiera atravesado.

Pero bueno, esto también es otra historia que ya te contaré. Espero poder verte pronto, siendo pronto antes de un par de años.

El Duende te regala su despedida, hasta pronto y hasta siempre:

"Ayuno sobre la arena
y rezó al dios del mar.
Sólo pienso en regalarte
aquella tranquilidad
que de tu lado quitaste
cuando la flecha te hirió,
y sangrabas derrotado,
sobre la siembra mojada,
donde rumiabas misterios
que la vida fue y destapó.

Viejo baúl de rincón qué guardas en tus entrañas."

Giske, 12 de Agosto de 2010.

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