jueves, 5 de agosto de 2010

Sortilegio inacabado

Hoy al respirar todo me huele mal. Lo primero que hago al levantarme es dar un trago de licor y la garganta me hierve como sal sobre cien estigmas.

Tengo en los ojos heridas que a penas me dejan mirar y mis labios no paran de sangrar.

Decenas de moratones por todo el cuerpo y, como no, un daga clavada en la espalda acompañada por un cuchillo cebollero clavado en el alma.

Mil espinas adornan mis pies, y siento llegar la última respiración antes de caer derrotado por el más cruel de los enemigos: la vida.

Me resigno a morir sin más y en el último esfuerzo inhumano contra lo inevitable va y rechina la cruel madera, se enciende ese punto de luz que ni siquiera me deja morir "tranquilo" en mis sueños.

"Y allá va, bajando hacia el río, montado en su hermoso corcel blanco, a pelo. Bello amanecer de verano."

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