miércoles, 6 de octubre de 2010

Al raso

Debí de tirar la vieja ropa hace tiempo pero no pude o no supe. Ahora otros vendrán que la tiraran por mi, y esto hará que llegue el fin de la penuria, estamos en vísperas de muerte.

Esta vez la dama negra creo que no se va a esconder mucho, parece venir de frente, y eso aún me confunde más.

En las hileras del destino, en los telares de la vida, allí donde se maceran lentamente los más bellos sentimientos están empezando a recoger. Si esto no es para preocuparse ...

Yo que vi nacer el Sol bajo los influjos de la botella, que oí el sonido de la siembra al balancearse como olas en la mar. Yo que agarré con mis manos la verdad y la abracé hasta asfixiarla, creo que hoy nos ofrecerán los que deseemos para cenar.

Y la más temida me hará caminar por el corredor con la mirada perdida, pues olvidada la dejé observando aquellos montes que oteaba el caminante con las botas impregnadas de rocío entre los pastos y el río, entre los campos en flor.

Se equivocó don Antonio pues camino se hace al caer y volver a levantarse, y no por andar bien erguido se hace mejor camino, sólo se avanzará si no se vuelve a pisar las misma huella dejada en la húmeda mañana que nos tocó en la ruleta de la madrugada.

Si mañana no sale el Sol no me esperes despierto.

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