miércoles, 28 de agosto de 2013

Amar Aman

Cuando se apagan las luces que cubren los sonidos de alma nacen en la soledad los eternos ecos de la tristeza.
 
Cuando se encienden las notas que manan de los latidos de la venas de mi oscura compañera, entonces y sólo entonces,  la Luna guarda su rostro para que mis estrellas indiquen los senderos de la libertad.

Acurrucado sobre el olvido y la pena no muero por respirar el lejano perfume de tu ojos.
 
Rubia, morena o negra, qué más da si es capaz de sofocar las desdichas que se agarran con fuerza a mis entrañas, qué más da.
 
¡¡¡ Número invertido de la bestia qué coño me depararás !!!

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