Me robaron todo lo que tenía. Lo primeron que me quitaron fue aquel viejo lugar donde pasé mi niñez, donde aprendí y jugué, en los bajos del silencio. Aquella tierra donde tantas veces disfruté, aquellos pupitres donde desperté.
No contentos con esto en seguida me quitaron mi resguardo de sal y limón, donde viví bellos momentos. Con desprecio me arrebataron el óvalo de eucaliptos que tantas veces besé.
Pero lo peor de todo fue cuando el ladrón de recuerdos se llevó el mirador de las estrellas fugaces, hogar donde tanto soñe, donde perdí la razón, donde gane la amistad, curva de pasiones olvidadas que marcó mi adolescencia añorada, mis días de amanecer.
Todo se lo llevaron, a veces en las noches perdidas sueño que estoy en aquellos lugares y vivo de nuevo aquellos instantes.
Me dejaron solo, ¿qué soy sin mis recuerdos?.
"Y tras los ojos cerrados
veo la vieja pizarra
llena de blancos borrones,
varias tizas de colores,
la regla rota en la mesa,
la vida escrita en renglones."
El tribunal de los sueños inconclusos, protector de los bellos momentos, condena a mil años y un día a todo aquel que algo tuvo que ver con estos acontecimientos.
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