jueves, 16 de mayo de 2013

Alambre azul

Yo que ahogué mis pies en rocío para poder alcanzarte.
Yo que marqué mis manos con espinos que algún día rozaste.
Yo que hoy vago sin destino, sin camino y sin coraje
ruego al ardor de la ira que me mienta en este instante.

Allá por los pinares perdidos, encontre el olor de la vida.
Allá entre chaparros y pasto encontre el sabor de la calma.
Hoy entre cieno y heridas me pagan con mil y una bala
la osadía de haberme dormido en la punta de la vara.

Miro en el reflejo del agua el cielo de la mañana.
Oigo el cantar de los jilguieros sobre las tejas mojadas.
Los álamos silban al viento al chocar rama con rama.
El pastor ya se marchó; El niño se hizo mayor;
El hombre llora en la puerta de aquel viejo corralón
donde un alambre azul arrojado sobre el suelo
marcó por siempre la cruz que lleva hoy a su cuello.

Cochiquera de infortunio.

No hay comentarios: