Las ilusiones nacen y perecen casi en el mismo instante.
Viviendo entre las tinieblas, y debiendo mantener el equilibrio cada segundo de mi existencia, veo como el entorno que me rodea, lejos de intentar compensar el infortunio, se vuelve cruel a mi paso.
Cada vez que empiezo a enlazar un sueño deseado las flechas envenenadas de la mala suerte mellan mis sentidos y mi pocas ganas de mirar hacia adelante.
La entropía crece y las sonrisas se acaban. En algún lugar, y en algún tiempo pasado o futuro, alguien debe estar disfrutando.
Tu que nada sabes y nada puedes, tu que todo lo sueñas y todo lo siente eres el último de esta extraña especie.
No se que búscais, ni que coño queréis, pero tendréis que pagar por matar la oportunidad de respirar.
... sólo de sueños.
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