lunes, 4 de febrero de 2008

Lura

Decir que ayer fué mejor que hoy es decir que no hay mejor futuro que el no vivido. Esto es como rechazar las sombras del fracaso y dar un voto de sabiduría a la cobardía que crece en nuestra alma.

Mejor ahogarse en rio que pacer como fruto de secano, en la cama bien dormido, hasta que se acuerden de ti las nubes de la agonía y la señora de negro, que aguarda en primera fila a que llegues a la meta.

Al final, todo es contradicción y mentira. Y en cualquier lugar por donde vagues, deberás saber que siempre sabe mas el más viejo del lugar, y debes observar hasta caer sin fuerzas, pues de ello sacarás las arras de la nobleza, del caminar bien erguido. Poder mirar a los ojos del hombre y decirle sin titubeos: yo vivo.

He leido en las olas del mar y escribí en las hojas del viento.
Escuché a las gaviotas volar y observé la berrea en desiertos.
Vi crecer las amapolas y vi morir al mar muerto.
Ayer fuí gran cazador y ahora trovador de lamentos.
Perdí el tiempo con palabras y hoy perezco por dentro.
Te miré a los ojos en invierno y encendí el firmamento.
El pétalo de mi rosa se me clavo en la cordura,
y aquellas noches sin Luna, marcaron esta memoria
que girando hoy en la noria padece fina locura.

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