jueves, 22 de octubre de 2009

Fácil predicar

Mucha gente ha escrito
sobre el no mirar atrás,
vivir cada día único
por si falta el despertar.

Que fácil es escupir
sin nada tener que decir,
y como ese es mi camino,
hoy me dirijo hacia ti
que me jodiste, destino,
antes de verla partir.

Y va la bruma y le escucha decir al Sol:

Carpe diem dicen los vivos
pero si yo ya ando muerto,
que cojones puedo hacer
para vivir el momento.

Que fácil es predicar
sin tener que dar ejemplo,
que difícil ser sincero
y no herir en el intento.

En la cantina del pueblo
hay un viejo cuenta cuentos
que va diciendo de mi
que soy el ladrón de sueños.

Lo que el trovador no sabe
es que hace ya varios inviernos
que robaron en mi cara
a la voz de mis silencios.

Eterno divagar
por efímeros momentos
que en cada madrugada
calman algo el desconcierto,
de tener que emborrachar
y perder conocimiento
para poder aguantar
enterrado entre los cuerdos.

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