miércoles, 7 de octubre de 2009

Infinita soledad

Siempre la misma traición.


Y se pensaba el ausente
que el ahora escribiente,
por tonto que pareciera,
no podría descubrir
entre las letras malditas
la verdad que hay escondida
en los silencios buscados
por los eternos villanos.
En las eternas sonrisas
afiladas y postizas.
El parecer escuchar
si sólo se quiere hablar.

Centro del universo
queja y pena, más miedo.
Eterno Sol de la Pampa,
asco me da el pensar
por mi qué no hará Satán,
si el morador del cielo
me trata así del mal.

Y yo aquí sentando, esperando,
a que venga la vil agonía
a reírse en mis narices
y a contar historias mías,
cuando narradas están
las mil y una heridas
que lograron alcanzar
a mi corazón inerte
en el valle de los sueños,
allá donde las ilusiones
se hacen eco de las pasiones
que envuelve hoy la soledad
del viejo desván de emociones
y que llenan mi despertar
de rocío rojo sangre,
de dolor y de amargura,
me escuecen las herraduras
de volver a tropezar
con la misma puta piedra
que alguien puso en mi mesa
una mañana secreta
del año del fin del mundo
cuando firmé mi destino
y empecé a morir de frío
en la jaula de los lobos
donde yacen los escombros,
donde me ahogo en el lodo
lúgubre y desalmado,
infierno quizás mal llamado,
pero sin dudar jamás
que en estás viejas hogueras
se apago mi despertar.

Nunca tan larga espera
llevó a morir de desidia.
Nunca tan larga espera
llevó a penar en silencio.
Nunca tan larga espera
dejó a sin pena ni gloria,
al juglar de la memoria,
jugar con palabras vacías
y rezar al amanecer
por ver llover en desierto.


Locura sin igual, osadía,
eterno baile de necios
infinito vals de mentiras
que me esperas en silencio
a que clave la rodilla
a orilla del mar Muerto.
Espera de pie, te digo,
pues podré morir de viejo
pero no venderé mi pellejo
a la hipocrita cobardía
que me ofreces en silencio.

Elijo cara, lo siento..

No hay comentarios: